Se acabó la Navidad...
Pero tengo un presentimiento, una corazonada. Y no voy a rendirme, esta vez no.
No voy a dejar pasar el tiempo esperando a que alguien me saque del agujero... porque llevo esperando toda mi vida. Se acabó la oscuridad.
Una vez alguien me dijo que a todos, cuando nacimos, se nos repartieron unas cartas, no podemos elegirlas pero podemos jugarlas como queramos.
Y creo que sé cual será mi jugada. Voy a empezar a arriesgar mis cartas. Ya no tengo nada que perder.
El miedo se queda atrás y yo...
yo, por primera vez, me siento fuerte.
María.
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