La lluvia no sigue un horario, ni entiende de horas, ni de momentos. Pero me intriga la sensación de nostalgia que a todos nos produce... será por la oscuridad, por el silencio que provoca o por la esperanza de que cese y salga de nuevo el sol.
No lo sé.. pero, hoy, llueve. Y mis pensamientos fluyen al compás de las gotas de lluvia. Ojalá el agua se llevará todos mis problemas, ojalá tuviese el poder de limpiar las impurezas, de curar las heridas. Y que a su paso dejé claridad en vez de caos.
A nadie parece importarle la lluvia, a la gente necia le aburre el silencio. Pero las personas que saben apreciar el silencio, saben que no hace falta romperlo con palabras banales. La gente teme el silencio por miedo a escuchar sus pensamientos. Odian la verdad. Prefieren ahogarlos con ruido.
Hoy, llueve y quizá mañana salga el sol. Pero nunca se sabe.
María
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