No me preguntes cosas lógicas, nunca las entenderé. En cambio, si me preguntas quién ganará la batalla entre los corderos y las rosas, te respondería que las rosas, aunque parezcan pequeñas, sé que nunca se rinden. Si me preguntas cuál es mi estación favorita, no tendría una buena respuesta. Supongo que me gustan las cuatro: la primavera es un lienzo de colores vivos y nos trae la luz que habíamos olvidado; el verano es como una explosión de risas, de calor, de sandía fresquita y de momentos inolvidables; El otoño, sin embargo, es como un millón de atardeceres, de marrones, de verdes, de nostalgia, de bailar bajo la lluvia; Y el invierno es como andar bajo las nubes, de magia, de sueños, de mirar la luna y las estrellas bajo el fuego. No podría elegir una, cada estación me aporta algo nuevo. Por otra parte, si me preguntas de qué color es mi piel, te diría que verde. Pondrías cara de sorpresa, te reirías y me dirías que no parezco un extraterrestre. Yo me indignaría y te diría que no me creo todo lo que ven mis ojos, no creo que las personas seamos blancas o negras. Creo que en realidad, cada persona tiene un color diferente. Y que no porque no lo veamos, no significa que no sea cierto.
Pregúntame a que saben los sueños, cuál es mi hora favorita, cómo creo que es la luz, que diferencia hay entre una sonrisa y una mirada, qué creo que es lo más importante en el mundo. Pregúntame porqué creo en la magia. Pregúntame porque me gusta escribir.
Foto realizada por la autora
María
2 comentarios:
Una entrada preciosa. A veces las preguntas ilógicas esconden respuestas que uno verdaderamente necesita darse a sí mismo. :) Gracias por este pequeño regalo hecho palabras.
Gracias a tí por tus palabras :)
besos!
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