Uf. Allá voy.
He esperado al clima ideal, a el momento idóneo, a la hora exacta... para volver. Pero siempre encontraba una excusa lo suficientemente absurda como para aplazar esta necesidad mía de escribir.
No voy a poner porqué lo he aplazado. Si se supone que me gusta ¿porque lo evito entonces? Bien, no pido que nadie me comprenda, solo que entendáis que hay cosas en la vida que no tienen lógica. Hay cosas en la vida que amamos tanto que tenemos miedo de empezarlas, por si fallamos, por si perdemos.
Todo este tiempo sin escribir hace que tenga demasiadas cosas que contar, en estos últimos meses, he viajado, he echado de menos, he derribado muros, he sentido el miedo y lo he superado. Pero sobretodo he perdido a una persona vital en mi vida... y vino una oscuridad terrible, de esas que hielan el alma y hace que no recuerdes ni de porqué sigues en pié. Pero, también, he descubierto que hay mucha luz en cualquier oscuridad, que siempre hay alguien que te recuerda porqué sigues aquí. Y, si, "Sigo aquí porque a varios kilómetros hay otro cruce de caminos, y todavía necesito conocer ese horizonte".
Odio el tiempo. Odio el tic tac del reloj de mi salón. Sin embargo, adoro cada trocito de tierra de este mundo. Me encantaría viajar, sin rumbos, sin excusas, a cualquier parte. Es para mi, otra forma de escribir, de ir dejando una senda de experiencias y de sueños cumplidos. Lo haré, algún día viajaré por todas partes, absorberé la forma de sentir de las diferentes culturas que existen. A veces culpo a mi pocos conocimientos del mundo sobre mi poco conocimiento acerca de mi misma. Pero no es así... sé que en cualquier parte del mundo se puede encontrar lo que más necesitamos, a veces, sin necesidad de movernos del sitio.
¿Os he hablado de mis miedos? Normalmente no los escribo aquí, en el blog. Pero ¿Porqué no? Uno de mis miedos es reconocer que los tengo. Veréis, es curioso, pero resulta que cuándo uno siente que le faltan cosas, las necesita, las busca... y ese afán por conseguirlo crea una dependencia insaciable (muy desagradable) por lo que desea. Pero no sabía que es mucho peor tener aquello que nunca pensaste que podrías tener, una de esas cosas tan increíbles que se escapa de la imaginación... Saber que lo tienes, sin nada a cambio, sin ningún interés, con el único trato de saber aprovecharlo o conservarlo. Es aterrador el miedo que se siente por perder. Porque, siendo sinceros, uno puede vivir con la idea de tener sus sueños, pero no puede soportar la idea de una vez conseguido, perderlo de un día a otro. Y es que, el tiempo, es un gran estafador, un gran encantador de serpientes: nos regala a cada uno muchísimos días, para que cultivemos promesas, para que aprendamos el juego, para que no nos mate el miedo... y un día todo se esfuma. Todo se queda en recuerdos.Y te das cuenta de que el tiempo sólo era una trampa, un sueño increíble. Que como todo, se acaba.
Y ahora, viene el párrafo en el que contradigo todo lo que he escrito antes. Perdonadme, pero creo que en la vida (y al escribir) es importante contradecirse. Un pensamiento no tiene un solo punto de vista, espero, que al final de mi vida, tenga muchísimos. Me gusta pensar en cómo pensaría mi abuelo, en lo que dirían mis amigos, en lo que diría mi familia, en lo que me aconsejaría tal profesor/a, en lo que creo que pensaría el señor que se sienta a las tres de la tarde en el banco del ayuntamiento, en la gente extraña/sorprendente que conocí en Oxford, en la persona que más eché de menos estando fuera... Para mi es importante conocer muchas opiniones para encontrar algún día la mia.
No hay miedo que mate el espíritu de mantener aquello que amas por encima de todo. No hay frontera para aquellos que se sienten parte de todos. No hay excusa para escribir si es lo que realmente quiero. No hay miedos para querer, si es lo que realmente necesito. Pero sobretodo, jamás pierden, los que arriesgan todo a cambio de "quizás". Los que saben que no hay imposibles.
"Sigo aquí porque a varios kilómetros hay otro cruce de caminos, y todavía necesito conocer ese horizonte, contigo".
De vuelta y por mucho tiempo,
María.
6 comentarios:
Hay cosas que amamos tanto que tenemos miedo de empezarlas, por si fallamos, por si perdemos Ese miedo que creamos nosotros mismos, es el peor de todos. El que te impide hacer muchas de las cosas que deseas...por miedo a fallar. Hace dos años, ese miedo me consumía y estuve a punto de dejarle ganar, pero al final me opuse y ahora estoy feliz realizando mi sueño. Aunque algún día todo se esfume, quién sabe eso, seré feliz hasta entonces.
Perder a una pieza importante en esta vida te sume en un caos de sentimientos que, en mi opinión, difícilmente se estabilizará. Yo, convivo con él, con los límites que nos hemos forjado.
Sólo espero que el miedo no gane la batalla y que sueñes, siempre. Y sobre todo que realices esos sueños. Ánimo.
Besos.
Gracias como siempre... No sabes cuánto me alegro de volver a verte por aquí después de tanto tiempo sin escribir.
Muchísimas gracias, de corazón.
Siempre me gusta leer tus entradas ya que son dulces, lindas e inspiradoras. ¡Qué genial que hayas vuelto!
Besos...
Gracias gracias!!! Y a mi me encanta que sigas por aquí después de meses!
Besazos!
Cuánto tiempo sin leer lo que siente esa alma que escondes entre miedos.
Me alegra tanto tu regreso. Extrañaba tus palabras y tu profundidad, perderme entre tus párrafos imaginando situaciones.
Bienvenida de nuevo. :)
Muchísimas gracias! De verdad que me alegro que no os olvidéis de pasaros por aquí después de tanto tiempo.
Besazos!! :)
Publicar un comentario