He vuelto.

Hoy hace día de desenterrar las "cosas que necesitaba escuchar".

De acuerdo, no he tenido la suerte que me gustaría con las cosas que más necesitaría. Pero basta de lamentaciones, de palabras a medias, de sonrisas con peros,... Me traslado, fumigo mi vida de cosas que no me han dejado ser libre, de años y años plagados de lamentaciones, prejuicios y etiquetas.

Declaro con firmeza que no volveré a ser jamás, ni un poco de lo que parezco o de lo que les gustaría que fuera. Aceptaré que soy así: torpe, enferma sentimental, exagerada, sencilla amante de las pequeñas cosas, pero, sobretodo, indefinible. Quizá aún podréis verme pálida, con esos ojos descompuestos y perdidos... aún podréis reconocer en esas lágrimas toda la frustración por esos años de silencio y de escondites. Pero, no os confundáis, no volverá por mucho tiempo, sólo será un instante, algo efímero que me hará volver con más fuerza hacia lo que he construido y aún está en obras.

No quiero decir nada más, simplemente eso, que he vuelto, tal y como alguna vez dije que lo haría. Con más fuerza e ilusión que nunca, pero, sobre todo:


Siendo más yo que nunca.


Gracias a los que no me dejaron sitio en su escondite. A los que les gusta que sonría. A los que me leéis ahora, y a los que aún seguís aquí, esperándome.


Con mucha ilusión,

María.