Quién lo diría, después de todo, he sido justo lo que nunca he sido. Quién lo diría, después de todo, la suerte no ha tenido nada que ver con mi sonrisa. Ni si quiera he tenido que sacrificar mis principios, más bien ser aquéllo que nunca me he atrevido a ser. Y, con esto, no quiero decir que sea feliz siempre, sino que cada vez, lucho con más fuerza para seguir adelante.
Supongo que en eso consiste el transcurso de las historias, de las relaciones, de la vida. En seguir, aprender, avanzar y jamás mirar atrás...
Y si lo haces que sea para recordar algo que en su día también te ayudo a seguir.
Gracias por todos los que se van dejando algo. Dejando luz.
María Segura Navarro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario