+Yo muy bien... ¿y usted?
-Estoy, supongo que es bastante.
+¿Se conforma con estar? Yo prefiero ser.
-Con estos tiempos no encuentro la diferencia entre ser o estar, señor.
+Es muy sencillo joven, ¿Ve usted aquella estrella?
-No puedo ver a cual de todas se refiere. Son demasiadas.
+Exacto. A eso me refería... Verá, como bien ha dicho usted hay demasiadas como para fijarse en una, es mucho más sencillo y práctico verlas como un conjunto. ¿Nunca se ha planteado porqué entonces, no se apaga al menos una? Nadie notaría la diferencia. Nadie echaría de menos su luz...
-No sé señor... Supongo que porqué de algún modo esa estrella sabe que el cielo sería un poco menos hermoso sin ella.
(El viejo capitán sonríe y mira fijamente la silla de madera, esa que está justo al lado de un escritorio lleno de cartas viejas y manchas de tinta)
+No es que sea menos hermoso... -Vuelve la mirada hacia él y le fulmina diciendo-: ¡No es que sea menos hermoso joven, es que sería menos importante! Esa es la diferencia. Las personas y las estrellas guardan algún tipo de relación secreta... Hay quienes actúan como si sólo fuesen a ocupar un espacio en el universo, como si ellos solo rellenasen ese hueco por cuestiones físicas. Y hay quienes prefieren ser. Quienes se atreven hacer de su vida algo importante y eterno. Sólo son de verdad aquellos que ansían que el universo note su ausencia cuando no esten. ¡No los que se resignan a estar!
Atrévete a ser tú, y serás esencial.
María.
2 comentarios:
Muy sabio el viejo capitán. ;)
Lo es y lo será.
Son "Viejos amigos"
Un besazo!
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